Estudio nacional de gestión cultural municipal – Elías Farías Caballero

El Estudio nacional de gestión cultural municipal, realizado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) durante 2012, tuvo como objetivo general “diagnosticar la gestión cultural de los municipios a nivel nacional, identificando el grado de desarrollo institucional del sector a partir de un conjunto de dimensiones relativas a las características de la gestión cultural municipal”. En este marco, el estudio permitió actualizar parte de la información generada en el estudio de 2006[1]Diagnóstico de la gestión cultural de los municipios de Chile, CNCA, 2006. y a la vez complementar y profundizar esta con una caracterización más detallada acerca de las condiciones de trabajo en cada unidad de cultura existente en los municipios del país en las siguientes dimensiones: institucionalidad municipal en cultura, redes y vínculos de cooperación, recursos humanos, infraestructura cultural, planificación cultural, iniciativas desarrolladas en cultura, gestión de recursos y programas del CNCA.

El presente texto expone parte de los principales hallazgos del estudio, comparando sus resultados con los de 2006 y enfatizando especialmente en los nudos críticos a resolver, sin los cuales parecería difícil pensar en un desarrollo planificado y participativo de la gestión cultural a nivel municipal.

 

Metodología

El diseño metodológico del estudio comprendió el uso de técnicas cualitativas y cuantitativas, las que se complementaron para caracterizar de manera general el estado de la gestión cultural en los gobiernos locales y en sus respectivas unidades de cultura,[2]En el estudio se entiende por unidades de cultura a: bibliotecas públicas, centros culturales, casas de la cultura, corporaciones culturales, unidades formales de cultura y una categoría residual … Continue reading y profundizar en casos específicos de seis gobiernos locales.

El principal instrumento de recolección de información consistió en una encuesta a encargados municipales de cultura que se aplicó a 377 funcionarios, trabajadores de 147 municipios de las 15 regiones del país: 19 en la zona norte, 57 en el centro, 48 en el sur y 23 en la zona sur austral. La selección de la muestra se realizó a partir de un muestreo estratificado polietápico que buscó representatividad estadística a partir de las siguientes variables: i) zona; ii) cantidad de unidades de cultura; y iii) presencia de programas del CNCA (Servicio País Cultura, Cultura Local, Acciona y Red Cultura).

El trabajo cualitativo se centró en complementar y profundizar en las dimensiones clave de la gestión cultural municipal a partir de entrevistas en profundidad a encargados de cultura de seis municipios de las regiones de Valparaíso y Metropolitana: Zapallar, Villa Alemana, San Antonio, El Bosque, Calera de Tango y Paine. Dichos municipios se seleccionaron en función del número de unidades de cultura que poseen, la presencia de programas del CNCA y el tipo de dedicación (exclusiva o compartida) que tiene  la unidad formal de cultura en las tareas relativas al sector.

 

 Del 2006 al 2012, cifras comparadas en relación con la gestión cultural municipal

El estudio “gestión cultural municipal” de 2012 identifica una serie de hallazgos respecto del nivel de desarrollo de los gobiernos locales en aspectos de planificación, institucionalidad, infraestructura, trabajo en redes y recursos humanos que, al contrastarse con los resultados del estudio hecho en 2006, dan cuenta de tendencias y problemas que se mantienen en el tiempo, así como de aspectos que muestran una notable mejora.

En relación con el primer ámbito de resultados, la estructura de dependencia institucional de las unidades de cultura y el trabajo en redes que desarrollan estas a nivel intercomunal, aparecen como dos de los aspectos que muestran resultados similares en ambas mediciones. En efecto, en el caso de la dependencia institucional, el estudio de 2006 indica que cerca de la mitad (43%) de las unidades de cultura dependía de la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco), mientras que otro grupo importante de unidades (26%) dependía directamente de la alcaldía. Seis años más tarde la situación no parece variar significativamente. Así, las distintas unidades de cultura identificadas por la investigación de 2012 indican que, en promedio, estas dependen en un 38% de DIDECO y en un 37% de la alcaldía. En este contexto, las unidades de cultura que escapan a la tendencia son las bibliotecas públicas que, de acuerdo con los resultados del estudio 2012, muestran altos porcentajes de dependencia del Departamento de Educación Municipal (30%), y las corporaciones culturales, que en un 25% dependen de sí mismas.

Las redes de trabajo entre unidades de cultura de distintos municipios es otro ámbito que muestra pocas diferencias entre un estudio y otro. En este caso, los datos de 2006 señalan que el 66% de las unidades de cultura no mantenía vínculos estables con el mismo tipo de unidades en otros municipios. Situación que se repite de acuerdo con los datos del estudio de 2012, que revela que solo las corporaciones culturales tienen un vínculo permanente con las unidades de cultura de otras municipalidades (42,9%).

Ahora, a diferencia de la dependencia municipal y el trabajo con otros municipios, elementos como: el nivel de educación y capacitación de los funcionarios municipales que trabajan en cultura; la infraestructura y equipamiento cultural de los municipios; el nivel de planificación existente en cultura; y los ámbitos prioritarios de acción, son dimensiones que muestran cambios de acuerdo con el estudio de 2012. En este texto nos referiremos solo a algunas de estas dimensiones.

Algunos datos que ilustran estos cambios indican, por ejemplo, que a 2012 el 55,8% de los encargados de cultura cuenta con educación universitaria, mientras que el 27,7% posee educación superior técnica. De acuerdo con lo que se observa en el Gráfico n°1 [ver al final del artículo], al comparar las cifras con las de 2006 se advierten mayores niveles de calificación en los funcionarios municipales pues, en ese año, el 62% de ellos señaló tener educación universitaria o técnica de nivel superior, cifra que aumenta al 83,5% de los funcionarios municipales en 2012.

En lo que refiere a infraestructura cultural, el mayor avance se advierte en la tenencia de bibliotecas que pasan de estar presentes en el 66% de los municipios el año 2006, al 87,3% en el 2012. Asimismo, como se observa en el Gráfico n°2  [ver al final del artículo] el porcentaje de municipios que indicó no tener ningún tipo de infraestructura cultural disminuyó casi 10 puntos porcentuales entre una medición y otra. Los otros tipos de infraestructura, en términos generales, no evidencian cambios significativos. Así, el museo se mantiene como la infraestructura cultural con menor presencia en las comunas de Chile.

Por último, en relación con la planificación de las actividades culturales se indagó acerca de su incorporación en los Pladeco, principal instrumento de planificación comunal.

Los resultados indican que si bien se avanzó en este ámbito, pues se pasó de 47,9% en 2006 a un 59% en 2012, hay un nivel importante de desconocimiento de este tipo de tareas en los funcionarios municipales. Esto se observa en que el año 2012, el 14,1% de funcionarios municipales afirmó no saber si la planificación está integrada en el Pladeco. Como veremos a continuación, este hecho tiene relación con el nivel de atomización y desarticulación con que trabajan parte importante de las unidades municipales de cultura, uno de los nudos críticos a resolver en el tema de la gestión cultural municipal.

 

Dispersión en las acciones de las unidades de cultura y protagonismo de la alcaldía: nudos críticos de la gestión cultural municipal

Probablemente el hallazgo más significativo que hace el estudio es el que indica que un rasgo típico de la gestión cultural de los municipios, es que esta no opera como una unidad interconectada. En este sentido, lo que ocurriría en la práctica es la dispersión desarticulada de la acción que despliegan un conjunto de unidades municipales sobre el territorio comunal, al no conectarse o trabajar en red entre ellas.[3]En este ámbito los resultados del estudio indican que menos de la mitad de las unidades  cultura (41,3%) tienen vínculos permanentes con las otras unidades de cultura al interior de los … Continue reading Así, el diagnóstico que se puede hacer a partir de los resultados del estudio, es que prevalece una situación de fragmentación de la gestión cultural dentro de los municipios, donde distintas unidades se manejan con diferentes criterios sin el paraguas de una política comunal de cultura, compartida y conocida por todos.

Existen varias razones que permiten explicar, en parte, esta situación. Por ejemplo, el análisis de casos muestra que uno de los principales argumentos está en la insuficiencia de financiamiento y disponibilidad de recursos destinados a cultura. Frente a este escenario las unidades de cultura deben planificar de acuerdo con los recursos y oportunidades que van captando en el camino, lo que hace que su planificación se reduzca a la calendarización de actividades más que a la elaboración de un plan que responda a una estrategia de trabajo de mediano y largo plazo. Así, las unidades de cultura deben preocuparse más del día a día, de manera fragmentada, y una vez asegurados los recursos planificar en función de lo que el financiamiento obtenido les permite realizar.

Otra razón importante es que pese a que existen avances en términos de planificación cultural en los gobiernos locales, es necesario avanzar más aún en las labores de planificación, otorgándoles el peso institucional que requieren. En este sentido, las tareas urgentes deben orientarse no solo a incorporar la planificación cultural dentro del Pladeco, sino que a ello se debe agregar el otorgamiento de los recursos necesarios para poder llevar a cabo la planificación, así como también establecer unidades que actúen como centros de responsabilidad, y la definición de roles y tareas específicas para las distintas unidades de cultura que poseen los municipios. De acuerdo con los resultados de este estudio, Dideco para ser un centro de responsabilidad adecuado, dado que un 38% de las unidades de cultura presentes en los municipios dependen de esta, lo que permitiría centralizar y coordinar de mejor forma las acciones de cada unidad cultural dentro de un contexto mayor que sería la planificación cultural inserta en el Pladeco.

Relacionado con este problema existe otro nudo crítico que identifica el estudio en relación con el protagonismo que adquiere la alcaldía en las características específicas que asume la gestión cultural municipal en cada municipio. En este sentido, el estudio afirma que una gestión cultural municipal fuerte se desarrolla allí donde existe un alcalde que facilita y genera espacios, ya sea contratando un equipo competente, validando acciones y decisiones, poniendo espacios y recursos a disposición y/o un alcalde que se involucra directamente en la gestión cultural, que arma acciones, va a terreno, genera redes y vínculos para la gestión cultural y atrae eventos.

Es deseable que los alcaldes consideren dentro de sus prioridades el desarrollo cultural de las comunas, sin embargo, no es del todo ideal que el segundo elemento dependa del primero, pues da cuenta de la debilidad institucional de la gestión cultural, la poca capacidad de gestión autónoma de las unidades de cultura de los municipios, y de la falta de planificación cultural dentro de los municipios.

Así, el presente estudio permite identificar al menos parte de los factores claves que facilitarían como parte de un plan de acción de mediano plazo, el logro de avances significativos en la gestión y desarrollo de la cultura a nivel local.

Fuente: Estudio de Gestión Cultural Municipal (CNCA, 2012) y Diagnóstico de la Gestión Cultural de los municipios de Chile (CNCA, 2006).

*S/I: Sin información para el año 2006. Fuente: Estudio de Gestión Cultural Municipal (CNCA, 2012) y Diagnóstico de la Gestión Cultural de los municipios de Chile (CNCA, 2006).

References
1 Diagnóstico de la gestión cultural de los municipios de Chile, CNCA, 2006.
2 En el estudio se entiende por unidades de cultura a: bibliotecas públicas, centros culturales, casas de la cultura, corporaciones culturales, unidades formales de cultura y una categoría residual llamada “otra unidad de cultura”, en donde se incorporaron aquellas que no entran en las demás categorías.
3 En este ámbito los resultados del estudio indican que menos de la mitad de las unidades  cultura (41,3%) tienen vínculos permanentes con las otras unidades de cultura al interior de los municipios, siendo la corporación cultural la que lo hace en mayor medida (62,5%).