Complejo Cultural Criollo de Yerbas Buenas: Al rescate de la arquitectura colonial y las tradiciones campesinas – Claudia Guzmán

Ubicada en la provincia de Linares en la región del Maule, Yerbas Buenas es una comuna histórica: en este lugar se libró la primera batalla por la independencia chilena donde se enfrentaron los realistas con los patriotas en 1813; su Museo Histórico es una casona construida hace más de 200 años y destaca por mantener y rescatar un patrimonio arquitectónico que se asimila a la villa rural de ese período colonial. Conservando este aspecto típico, en 2004 se creó el Complejo Cultural Criollo, en un edificio que preserva la techumbre de tejas y los extensos corredores coloniales característicos de la época y se ubica en el casco histórico de la comuna, cercano a su plaza de Armas.

La creación del Complejo Cultural Criollo, nace por la necesidad de contar con infraestructura especializada para el desarrollo cultural y artístico de la comuna, así como para la realización de encuentros, talleres y seminarios. Con 938 metros cuadrados construidos, el espacio cuenta con una biblioteca comunal; un salón auditorio con capacidad para 180 personas y salones aptos para diversas actividades que reciben al público local.

 

Gestión para el rescate del patrimonio criollo

El Centro Cultural Criollo es un espacio administrado y financiado —casi en su mayoría— por la Ilustre Municipalidad de Yerbas Buenas. Al ser una de las comunas con el mayor porcentaje de ruralidad en la región del Maule —que llega a un 90%— las tradiciones campesinas son costumbres y prácticas cotidianas para la mayoría de los habitantes del lugar. En ese contexto la programación de actividades y la gestión del centro cultural, cumple un rol de facilitador en el rescate local de la cultura criolla, difundiendo y fomentando su patrimonio.

Por esa razón, cada actividad que se realiza en la comuna de Yerbas Buenas, como en su centro cultural, prioriza rescatar y difundir las tradiciones propias del campesino y su labor agrícola, ya que son los propios agricultores los principales anfitriones de este tipo de eventos.

Así se genera un entorno campesino que recrea las actividades que a diario se realizan en los huertos, como la siembra y los juegos típicos de la zona, tales como “pillar al chancho”, la rayuela, la brisca, el trompo o botar los tarros. Al visitante se le invita a participar y a valorar algunos de los hábitos que forman parte de la identidad local y a conocer cómo se realizaban antiguamente estas prácticas que aún se mantienen vivas, como un fiel recuerdo de una sociedad austera en lo tecnológico, pero rica en conocimiento manual y en la utilización eficiente de los recursos naturales en beneficio de la comunidad.

Como vemos, Yerbas Buenas es una comuna de tradiciones, y en ese sentido hay actividades culturales que son emblemáticas y que distinguen a este territorio histórico. En el mes de abril se celebra “La sorpresa de Yerbas Buenas”, que en 2013 festejó el bicentenario de esta batalla con una gran recreación de la misma: un centenar de habitantes de la comuna se vistieron a la usanza antigua y se enfrentaron patriotas con realistas, tal como sucedió este primer hecho de armas en 1813. Asimismo, otra actividad arraigada y representativa para la comunidad es la Feria Agrícola, Artesanal y Gastronómica, panorama que se desarrolla hace más de 12 años durante el mes de febrero y que recibe entre tres mil y cuatro mil visitantes de todo el país.

El Complejo Cultural Criollo de Yerbas Buenas también desarrolla un importante trabajo con énfasis en lo comunitario, objetivo que se manifiesta en la realización de eventos asociados a las distintas disciplinas artísticas, acercando a la comunidad a espectáculos que promuevan el encuentro familiar y local. En época estival, con panoramas como conciertos musicales, exposiciones fotográficas, festivales de cine y concursos literarios, concentran sus esfuerzos para cautivar al público de la región que reside fuera de la comuna o que está de paso disfrutando del verano en el sur del país. Los talleres de educación artística, principalmente los asociados a las tradiciones folclóricas como los campeonatos de cueca, son los que mayor repercusión y aceptación tienen en la población juvenil de Yerbas Buenas, como un reconocimiento a la historia y la tradición que la comuna valora y salvaguarda.

En la experiencia de Yerbas Buenas, destaca el sentido de pertenencia y creatividad, lo cual según el investigador Fidel Sepúlveda, son fuentes que posibilitan el desarrollo de la identidad. En su libro, Patrimonio, identidad, tradición y creatividad, el académico y poeta sostiene que los pueblos hacen su cultura y su identidad día a día, y que “la reconstitución de los tejidos de la identidad regional pasa por la restitución o la creación de instancias de encuentro de los miembros de una comunidad. Un encuentro que acontezca bajo los signos de la vinculación, de la pertenencia, que estimule la autoestima, que devuelva la confianza, el respeto, a la dignidad de la persona. La experiencia de valer por el ser, no por el tener. Toda cultura real, viva, ha creado o descubierto su centro. Y éste es valórico” (p. 109).

Destacar estas costumbres, importa en tanto se mantiene viva la memoria y los acontecimientos que forjaron la vida de cada pueblo, en su comunidad radica la responsabilidad de su presente y la cautela de su futuro. No existe territorio sin historia.

 

 

Referencias bibliográficas

 Sepúlveda F. (2010). Patrimonio, identidad, tradición y creatividad. Santiago de Chile. LOM