Convención Nacional de Cultura 2016 – Departamento de Estudios CNCA

Durante el 26 y 27 de agosto se llevó a cabo en la ciudad de Chillán la XIII versión de la Convención Nacional de Cultura. Históricamente, esta instancia ha sido un espacio de encuentro representativo de la ciudadanía, la cual convoca a todos los integrantes de los órganos colegiados del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, para intercambiar opiniones y experiencias en un trabajo desarrollado a nivel regional y nacional. En esta oportunidad, se reunieron cerca de 200 representantes de los más diversos ámbitos de la cultura del país, quienes reflexionaron a partir de conferencias, paneles y exploraciones urbanas, en torno a temas referidos a la cultura, el territorio y los saberes.

La Convención Nacional de Cultura tiene entre sus principales objetivos provocar discusión y análisis sobre las políticas públicas en cultura, cuestión de vital importancia en el momento actual de tránsito hacia un futuro ministerio. Existe hoy un cambio de enfoque: desde el financiamiento de la creación cultural como principal acción del Estado, a una priorización del diseño e implementación de políticas públicas que pongan en el centro al ciudadano, no solo como receptor sino como creador y generador de cultura, considerando su historia, su comunidad y su territorio. Esto trae consigo el desafío de priorizar dichos elementos en una dinámica cruzada por la diversidad y la descentralización.

En ese marco, la jornada contó con la participación del ex ministro de Cultura de Brasil, Joao Luis Silva Ferreira, quien enfatizó la importancia de la participación ciudadana en la construcción de políticas culturales, así como sobre el trabajo articulado entre el Estado y la academia. Se reflexionó acerca de la necesidad de reconocer el rol de la cultura en el desarrollo y el papel fundamental que cumple el Estado en el desarrollo cultural, enfoque que fue ilustrado a partir del proyecto peruano de los arquitectos Jean Pierre Crousse y Sandra Barclay, premiados en la Bienal de Venecia, quienes, desde una nueva forma de concebir el territorio y sus necesidades, lograron insertar escuelas en la Amazonía en Perú y mejorar los índices de aprendizaje de sus habitantes.

La Convención Nacional dio espacio para la reflexión entre panelistas y participantes en torno a temas como la construcción de identidades culturales a partir de sus historias y sus territorios; la memoria como elemento central en el desarrollo cultural; el arte como herramienta de circulación y transmisión de ideas; los contextos actuales mediados por el consumismo. Ideas que nutrieron un debate desde la exposición de paneles y que contaron con reconocidas voces del mundo cultural, como las de Manuel Antonio Garretón, Tomás Moulián, Grínor Rojo, Pablo Langlois, entre otros, y que apuntó a los principales desafíos para una política cultural implementada desde el futuro Ministerio de las Culturas,
las Artes y el Patrimonio que sea capaz de observar detenidamente los territorios y considerar sus elementos.

La visión del territorio como fuente de contenidos estuvo vinculada al centenario del natalicio de Gonzalo Rojas y este año, en forma inédita, los participantes de la XIII Convención Nacional tuvieron la experiencia de arribar a Chillán —ciudad de origen del poeta—, en el denominado “Tren de la Cultura” que en sus vagones plasmó versos, imágenes y la rúbrica de uno de los escritores chilenos más influyentes del último siglo.

 

Algunos testimonios

“Una de las experiencias significativas en la Convención Nacional fue la ‘Cocina Pública’ de Teatro Container, sin duda uno de los mayores aciertos del programa, ya que nos invitó a trabajar desde lo colectivo para alcanzar una meta tan sencilla y cotidiana como cocinar y comer, sentarse a la mesa con la familia y amigos, para conversar y encontrarnos.”

Manuel Tapia, Consejero Regional de Antofagasta.

 

“Destaco la facilidad y disposición para establecer comunicación abierta, amplia y sin prejuicios con todos los asistentes, lo que permite identificar coincidencias y diferencias entre las regiones y las diferentes agrupaciones. También los beneficios, carencias, acciones u omisiones corrientes u ocasionales. Así la ‘regionalización’ toma el carácter de necesidad al ir conociendo lo diferentes que son nuestras regiones, más aún las referidas al ‘polo’ central del poder administrativo. Un pueblo que tenga clara su cultura, sabrá elegir su camino. En las bifurcaciones elegirá la senda correcta. Y, aún en la oscuridad, a lo sumo tropezará. Y, al final, distinguirá la meta. Distinguirá lo bello y lo que es esencial. Desechará lo que hipnotiza y no es más que apariencia. Entonces alcanzará realmente el desarrollo.”

Juan Esteban Altube, Consejero Regional de O’Higgins.

 

“Destaco principalmente los intercambios informales donde puede darse a conocer la realidad regional para evaluar en conjunto actividades organizadas a nivel nacional cuya repercusión, cuando son llevadas a provincia sea destacable. Dejar constancia de esa participación en forma activa para crear continuidad en el tiempo, en busca de una convocatoria cada vez más importante. Es importante la búsqueda de una política cultural de Estado que convoque al país en su conjunto, con derechos y obligaciones, con una directriz central inmersa en las realidades regionales. Una convocatoria al trabajo en equipo con los istintos estamentos que conformarían el Ministerio de las Culturas y las Artes.”

Carina Decker, Consejera Regional de Aysén.

“Hay temas fundamentales que resolver, los cuales surgieron en distintos espacios y que tienen principalmente relación con la descentralización. Este ámbito está especialmente justificado por la diversidad cultural presente en todo nuestro territorio nacional y que necesita poder atenderse localmente. Por otro lado, está el tema pendiente del derecho a la cultura como uno de los principales objetivos de este naciente ministerio.”

Constanza Holzapfel, Consejera Regional de Atacama.

 

“Destaco la evidente superación de las temáticas que ocuparon los años del trabajo por la creación de una institucionalidad cultural en Chile y a la vez los primeros años del Consejo Nacional de la Cultura. Lo que habla de la madurez de la institución y de la necesaria inmersión que deberá tener en temas de alcance nacional como el urbanismo, el turismo, la educación. Parte de la madurez institucional es la irreversible condición de entidad esencialmente participativa con participantes debidamente informados y conscientes de su rol.”

Arturo Navarro, integrante del Directorio Nacional.

 

“Desde la visión de una magallánica, destaco esta oportunidad única para escuchar una diversidad de planteamientos, opiniones, críticas, posturas y políticas que atañen a la temática cultural presente y futura del país; además de intervenir, participar, cuestionar o dialogar con ellos, independientemente de la importancia y relevancia nacional que representa cada uno en su área”.

Rosario Chavol, Consejera Regional de Magallanes.

 

“La importancia de institucionalizar la cultura a nivel ministerial, con fuertes vínculos con la educación como una herramienta principal de apoyo. Para que dicha institucionalidad no reproduzca algunas de las tradiciones y malas prácticas del Estado, es imprescindible reforzar la regionalización de la cultura, el reconocimiento de las culturas locales y el apoyo a las mismas. Creo que deben revisarse las bases conceptuales que definen la discutible distinción de pueblos originarios, entendiendo que el silencio de las poblaciones afrodescendientes y de las colonias migrantes posteriores desmontarían el buen deseo de asumir la diversidad cultural. La realidad cultural es dinámica y futuras políticas deben considerar espacios de desarrollo que no se agoten en definiciones excesivamente estrechas que clausuren las ricas posibilidades de un país que se abre a la migración.”

Luis Alberto Galdámes, Consejero Regional de Arica y Parinacota.

 

“Es importante que el Consejo de la Cultura continúe desarrollando una Convención Nacional, que viene como tradición desde los cabildos culturales en la época de la División de Cultura del Mineduc, como un espacio de encuentro, de reflexión, de evaluación y de planificación de las políticas culturales, con la participación de actores culturales de todas las regiones del país. Es significativo también que se realice en una región distinta a la Metropolitana, dándole oportunidad a las personas de regiones a relevar su trabajo, su identidad, sus expresiones artísticas y culturales, que muchas veces son poco conocidas y valoradas.”

Ana María Egaña, integrante del Directorio Nacional.

 

“Un Ministerio de Cultura tendría más autonomía y recursos para definir políticas y acciones tendientes a rescatar las culturas y patrimonios del país. Desde ese lugar se puede atender mejor las particularidades regionales y étnicas del país, siempre y cuando se evite concentrarlo todo en Santiago o Valparaíso. Además, un ministerio así podría acoger mejor las demandas de artistas, escritores, creadores e intelectuales vinculados al mundo de la cultura, entre otras cosas, por ejemplo, fortalecer las tareas que antes tenía el Consejo Nacional del Libro y la Lectura y darle mayor fuerza y creatividad al Fondart.”

Jorge Pinto, Premio Nacional de Historia, panelista en la Convención Nacional de Cultura 2016.