Experimentar con empatía radical – Valeria Germain

Experiment with Radical Empathy es un proyecto elaborado por el colectivo de performance Pink Valley, que tiene como objetivo investigar artísticamente el concepto de la empatía, a partir de lo que han denominado “experimentos empáticos”, los cuales buscan generar una experiencia lúdica con jóvenes, promoviendo la inclusión y la tolerancia. Este proyecto, desarrollado a través de una residencia en el emblemático centro cultural HAU Hebbel am Ufer de Berlín, fue realizado en la escuela pública Hector Peterson, en la que el 97% de los estudiantes son migrantes de origen turco, palestino, así como otros refugiados que han llegado a Alemania en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, los estudiantes se sienten estigmatizados y la escuela está considerada dentro de las cinco más conflictivas de la ciudad. El siguiente relato es una bitácora del proceso creativo realizado por el colectivo Pink Valley, que da cuenta de los importantes desafíos que involucra el trabajo y la intervención artística con jóvenes que presentan profundas diferencias culturales y económicas. 

 

Relato de un proceso creativo

Desde hace un par de años que investigamos artística y performativamente el concepto de la empatía y nuestro proyecto Experiment with Radical Empathy fue seleccionado para participar de una residencia artística en el marco del programa de apoyo educacional Houseclub de HAU Hebbel am Ufer Berlin, uno de los teatros más importantes de la escena independiente berlinesa y europea. De esta manera nos convertimos en el primer colectivo chileno-alemán de artes escénicas en recibir una invitación a este importante espacio cultural. Houseclub es una de las muchas líneas programáticas de HAU, y tiene por objetivo promover el trabajo de artistas con estudiantes de la escuela pública Hector Peterson, con el fn de crear espacios de reunión, conocimiento y experiencia estética y, asimismo, vincular el proceso creativo con la ciudad y sus habitantes. HAU y la sala de ensayo de Houseclub se ubica a una cuadra del establecimiento, en el barrio “multiculti” Kreuzberg, el cual presenta altos índices de vulnerabilidad social. 

Al llegar a Houseclub, el proyecto consistía en crear “experimentos empáticos[1] Construcción escénica de corta o larga duración, que conlleva a la experimentación física y a la reflexión de la empatía. con estudiantes con el fn de crear una experiencia lúdica y desarrollar con ellos la capacidad de reflexión. Dichos experimentos servirían para crear una performance que, idealmente, constaría de dos partes: la primera, donde se pudiera ver a los jóvenes accionando en el espacio escénico, y un segundo momento, en el cual realizaríamos un audiowalk (audioguía). En este caso, se trataría de una edición de sonido con las voces y las ideas de los estudiantes sobre su entorno, para ser escuchado por los espectadores a través de audífonos durante el recorrido entre la sala de ensayo de HAU y la escuela, logrando así una participación activa de la experiencia.

Nuestro primer objetivo fue intentar acortar las distancias entre nuestras disímiles realidades, para poder acercarnos y generar una verdadera experiencia. El primer día los esperamos en la sala de ensayo; eran veinticinco jóvenes y les preparamos una comida para amenizar el encuentro. Les explicamos que no éramos sus profesoras, que nadie “mandaba”, y que no había jerarquías entre nosotras, ni tampoco en el grupo. Asimismo, conversamos sobre la importancia del compromiso y la colaboración para tener una experiencia entretenida, y escuchamos atentas sus opiniones. Nos dimos cuenta que les costaba expresarse y entre ellos se copiaban las respuestas. Al realizar el entrenamiento físico, notamos que no tenían relación con sus cuerpos ni, menos, referentes artísticos. Tampoco sabían qué era HAU, pues nunca lo habían visitado y desde un inicio nos manifestaron que no querían hacer ni teatro ni performance, porque no les gustaba, pero la verdad ni siquiera sabían lo que era. Así, los desafíos se presentaron desde el principio y tuvimos que cambiar nuestra idea inicial —de terminar el proceso con una performance— por lo que decidimos finalizarlo solo con el audiowalk.

Al mismo tiempo, los focos de desorden en la sala se intensificaron y llegamos a demorarnos más de veinticinco minutos solo para empezar una clase. ¿Cómo podíamos promover la tolerancia si ni siquiera nosotras podíamos lograrlo en la sala? ¿Cómo lograr el respeto mutuo y al mismo tiempo ser empáticas y amigables? Ante este escenario fue evidente para nosotras que el proyecto no podía promover la empatía mientras, al mismo tiempo, nos comportábamos de manera reactiva frente a ellos. Tuvimos que redoblar esfuerzos, organizarnos nuevamente y planificar al detalle cada actividad. Nos propusimos explicar menos y hacer más. De esta forma, la empatía no solo fue el concepto del proyecto, sino también la estrategia metodológica para dialogar con el grupo.

Distinguimos dentro del curso subgrupos muy disímiles, lo que hacía que los ejercicios, juegos y reflexiones masivas no fueran tan efectivas. Por lo mismo, los dividimos en grupos de interés (documentación, música, diseño y técnico), lo que resultó de gran ayuda para la comunicación y la confianza. No obstante, nuestro lenguaje teatral era incomprensible para ellos e introducir una metodología basada en esta dirección, no era viable. Por eso, decidimos adaptarnos a la única metodología de trabajo que ellos conocían: preguntas y respuestas a través de la escritura y círculos de reflexión, pero esta vez, solo en grupos pequeños. Así, trabajamos en torno a las siguientes temáticas: identidad, empatía, prejuicios, entorno social y espacial, comportamiento humano, experimento científico y lo radical.

Solo a mitad del proceso el trabajo comenzó a fluir. Sin embargo, nos seguía inquietando cómo íbamos a realizar los experimentos ¿De qué se tratarían?, ¿se debía medir cuan empático era el público o los transeúntes? o ¿cuán empáticos podían llegar a ser los jóvenes ante situaciones puntuales y/o extremas? Intentamos realizar los “experimentos empáticos”, pero no funcionaban, los(as) jóvenes tendían a actuar situaciones de conflicto, en vez de entender que la lógica detrás de un experimento es que no se actúa, si no que se hace. 

Por lo mismo, volvimos a cambiar de dirección y decidimos que lo más honesto era intentar que el público empatizara con este grupo de jóvenes. Entonces, la idea fue crear un puente entre su realidad y la visión que tenían respecto a la comunidad que los rodea. De esta manera los espectadores no solo recorrerían el mismo camino que hacen los estudiantes, sino que harían un viaje desde la sala de ensayo —decorada con sencillos materiales gráficos que ellos mismos desarrollaron— hasta llegar a la profundidad de sus anhelos y miedos representados en el colegio.

 

Finalmente…

A partir de este momento los grupos se fueron diferenciando y algunos se volvieron más activos. Disfrutaban haciéndose entrevistas unos a otros y a las personas de su entorno, como profesores, la directora del colegio, vendedoras de la panadería cercana, entre otros. Para muchos fue sumamente revelador escuchar lo que pensaban de ellos(as), así como escucharse ellos(as) mismos.

Decidimos ordenar todas sus reflexiones y construir una dramaturgia. Cuando comenzamos a grabar las voces para el audio fue, recién ahí, el momento en que logramos conocernos y disfrutar en conjunto. Hoy recordamos ese día y sus caras, al fin, entusiasmadas y con curiosidad. Ensayamos las acciones y las posiciones que los grupos tendrían durante el audiowalk. Los espectadores escucharían el audio y al mismo tiempo observarían a los(as) jóvenes, teniendo así la tarea de unir las historias.

En definitiva, y contra todo pronóstico, las muestras del audiowalk fueron un éxito. Los organizadores de Houseclub, debido a experiencias pasadas, no esperaban tanta gente (incluso hubo personas que quedaron fuera) y otros hicieron dos veces el recorrido. Nunca antes los profesores habían tenido tanto interés por ver algo de este programa. Pero, lo mejor, fue que la experiencia de las(os) chicas(os) se completó y entendieron lo que habían hecho y, aún más, el aplauso final los conmovió. ¿Los habían aplaudido alguna vez por ser quiénes eran?

 

Valeria Germain.

References
1  Construcción escénica de corta o larga duración, que conlleva a la experimentación física y a la reflexión de la empatía.