Centro Cultural Alto Hospicio – Claudia Guzmán

La comuna de Alto Hospicio, ubicada en la región de Tarapacá, fue una de las más afectadas por el reciente terremoto ocurrido en abril de 2014, tras el que se sentían más de 25 réplicas diarias en el lugar. Su centro cultural no sufrió daños estructurales, pero quedó inhabilitado para la exhibición de artes escénicas; sin embargo, abrió sus puertas a la comunidad como centro de acopio y en el corto plazo volverá a habilitarse para su funcionamiento normal.

La comuna de Alto Hospicio fundada el año 2004 se ubica en la provincia de Iquique, con más de 90.000 habitantes es considerada una de las localidades más vulnerables socioeconómicamente en Chile, sin embargo, esto no ha sido impedimento para su desarrollo local y para la consolidación de proyectos como la construcción del primer centro cultural del país de la red de infraestructura cultural nacional implementada por el Consejo de la Cultura.

En marzo de 2011 fue inaugurado el Centro Cultural Alto Hospicio como un espacio especializado para las diversas disciplinas artísticas, con el fin de ofrecer a las comunidades la oportunidad de gestionar actividades y asistir a espectáculos culturales, así como para mejorar la calidad de vida de las personas.

 

La construcción del Centro Cultural Alto Hospicio

Desde la creación de la comuna de Alto Hospicio, el municipio consideró que la cultura sería un eje  prioritario en su gestión. El año 2007 cuando el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes implementó el programa de Centros Culturales, la municipalidad participó desde un primer momento, observando en este, la oportunidad de generar ciudad con sentido social. En un principio se contrató a un arquitecto y un gestor cultural, con el fin de apoyar el proyecto arquitectónico y su plan de gestión, y obtener el financiamiento para su construcción. La participación de la comunidad fue también un elemento fundamental, tanto en la realización de un diagnóstico e identificación de necesidades comunales en cultura, como en el diseño de la obra y la definición del plan de gestión del centro. Para estos fines se realizaron conversatorios con la participación activa de diversos actores, agrupaciones y asociaciones que a esa fecha efectuaban sus actividades culturales y artísticas en condiciones inestables y de equipamiento transitorio.

Desde la creación de Alto Hospicio se planificó el emplazamiento del centro cultural, como el de otros servicios públicos, con miras hacia una construcción paulatina de un centro cívico para la comuna. Con terrenos destinados a la construcción del edificio consistorial, la estrategia municipal fue instalar servicios que permitieran el crecimiento de la comunidad y, en ese sentido, la implementación del programa de infraestructura del Consejo de la Cultura fue una oportunidad para convertir al centro cultural de Alto Hospicio en un hito urbano fundamental en lo arquitectónico y lo social, y como la primera construcción sólida de la comuna.

Poco más de un año tardó la construcción del centro en los parajes desérticos de Alto Hospicio.

La obra se emplaza con dos bloques independientes entre sí y unidos por un patio central o “Plaza de las Artes”, que invita a la comunidad a apropiarse de ese espacio público y a disfrutar de actividades al aire libre.Al interior, una sala de teatro con 262 butacas y 1.400 metros cuadrados para salas de exposiciones, talleres y otros servicios disponibles para que el hospiciano pueda acceder a expresiones artísticas y culturales.

 

Gestión de la Infraestructura

El foco de la gestión del Centro Cultural de Alto Hospicio son los niños y los jóvenes de la comuna bajo dos premisas fundamentales. En primer lugar, porque son los futuros creadores y/o público con que contará la comunidad; y en segundo lugar, porque la motivación que existe en la participación de actividades culturales en este grupo, los convierte en catalizadores de la población adulta de la comuna. En ese sentido, existe una estrategia de renovación y diálogo permanente con los actores de la comunidad en el desarrollo de un plan de gestión que convoque a representantes del municipio, artistas y agrupaciones, para la creación de una mesa de niños, la cual permita incorporar requerimientos y necesidades específicas de este grupo etario. Para reforzar esta focalización, el Centro Cultural Alto Hospicio realiza talleres de formación de audiencias y un trabajo permanente con los más de treinta establecimientos educacionales de la comuna.

Otro eje de desarrollo importante en la gestión del centro, deriva de la identificación multiétnica que existe en la región. Sostenidamente se observa un aumento de población inmigrante proveniente de países como Perú, Bolivia y Colombia, lo que ha impulsado el desarrollo de mesas comunales de integración e intercambio, en el campo de la artesanía y la música. La dimensión barrial, es otra de las estrategias importantes que se desarrollan en el centro, la idea es que el centro “salga” a los barrios de la comuna visitando establecimientos y levantando las necesidades de la comunidad.

 

Financiamiento

El Centro Cultural Alto Hospicio depende administrativamente de la municipalidad, y no cuenta con una corporación cultural. El proyecto de la obra fue emanado desde el municipio, centrado en la consolidación de la comuna, y con el fin de contar con infraestructura cultural inexistente hasta el momento de su construcción. Desde un inicio, el centro ha gestionado sus recursos a través de concursos públicos y alianzas con la institucionalidad cultural y otros organismos dependientes del Estado, a través de programas como el de Centros Culturales y Red Cultura del Consejo de la Cultura, tanto para su construcción como para el cofinanciamiento de su programación respectivamente. También se han financiado talleres con Fondos de Desarrollo Regional (FNDR) dependientes del gobierno regional y como un aspecto importante en este ámbito se destacan los vínculos que el centro pueda profundizar con distintos interlocutores del sector privado.

El municipio reconoce en la cultura su atributo como “elemento aglutinador” y asigna presupuestos significativos para las actividades artísticas. El centro financia sus operaciones con una cifra cercana a los 100 millones de pesos al año, y sus actividades con montos traspasados a partir del 2% del presupuesto municipal, exclusivo para proyectos culturales. Las tareas iniciadas desde la municipalidad cuentan no solo con los presupuestos, sino que también con una política sostenida de seguimiento y evaluación de sus resultados.