Editorial – Observatorio Cultural

El arte sueña los sueños de los pueblos y luego se los enseña.
Les enseña a deletrear su ser, su estructura, sus posibilidades de aventura.
Los lanza en brazos de su identidad.

 

Fidel Sepúlveda

Nuestro país y, en especial , el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes se aproximan a un cambio de institucionalidad cultural que se propone dar cuenta de las transformaciones sociales que hemos experimentado los últimos años. El paso de servicio a Ministerio nos interpela a preguntarnos por nuestra identidad, recreada cotidianamente a través de la participación, la creatividad y la pertenencia. Fidel Sepúlveda, poeta e investigador, señalaba que todos los seres humanos buscan formas que les permitan una experiencia de plenitud y de encuentro con su ser profundo, elemento fundamental en la configuración de su identidad.

En el marco de la construcción de una nueva institucionalidad cultural, en marzo de 2015 culminó un proceso histórico para el país. El CNCA realizó una Consulta Previa que convocó a representantes de los nueve pueblos indígenas reconocidos, más las comunidades afrodescendientes del norte, para diseñar en conjunto el Ministerio que queremos y Chile necesita. De esta forma se inició una nueva relación entre la institucionalidad cultural y los pueblos originarios, partiendo por el reconocimiento identitario y la diversidad como principio fundamental en el respeto a nuestros orígenes y a nuestro patrimonio cultural.

Tributando el trabajo realizado, el presente número de la revista Observatorio Cultural está dedicado a los patrimonios. Por ello, se ha revisado en extenso lo que fue la experiencia de la Consulta Previa a los pueblos originarios; se incluye además un artículo sobre patrimonio alimentario, otro que profundiza en el patrimonio natural y una entrevista sobre patrimonio material.

De este modo, se quiere relevar la función patrimonial, ya que es uno de los pilares fundamentales en la concepción del nuevo Ministerio. No solo porque implica la fusión de importantes instituciones culturales como el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, la Dirección Nacional de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) y el Consejo Nacional de Monumentos (CNM), también porque se está convencido que el patrimonio recoge la cosmovisión de una cultura; es el universo de los bienes tangibles e intangibles, memorables, perdurables, sustentadores de vida y de sentido; ideas que son trascendentes al hombre, sus circunstancias, su espacio y su tiempo, y como dice Fidel Sepúlveda, además, “certifican el alma de una cultura”.