Nelly Richards (1987) llama a la producción artística de la dictadura Escena de Avanzada, dado que emerge en un contexto de catástrofe donde “ha naufragado el sentido”, debido al fracaso tanto de un proyecto histórico como del quiebre y desarticulación del sistema de referencias sociales y culturales anteriores a 1973. Catástrofe que, junto con fracturar al sujeto chileno, le hace perder sus claves de realidad y pensamiento, haciendo necesaria una reinvención del “lenguaje mismo”.
Desde otra perspectiva se ha argumentado que las artes y la cultura, una vez finalizada la dictadura, confirmaron su función de agentes contenedores y reparadores del conflicto social. Esta función se vio reflejada en el lugar que tuvo la producción cultural a la hora de recuperar lugares y símbolos, creando espacios de encuentro e inclusión mediante actividades tales como los festivales de teatro, los carnavales culturales o proyectos emblemáticos como la escritura sobre el desierto de Atacama del verso “ni pena, ni miedo” del poeta Raúl Zurita. Una visión, que sospecha de este período, sostiene que la cultura al ocupar esta función mermó su capacidad crítica y resistente de los años de la “avanzada”, apostando por sumarse al proyecto político de la posdictadura. El problema radicaría en cuán relevante resulta hoy la autonomía y potencialidad crítica de la producción cultural y artística, ante el sentido político de cada gobierno.
Siguiendo a Richards, podemos afirmar que desde hace cuatro décadas transitamos del “naufragio del sentido” hacia su recuperación. Como no es posible restaurar lo perdido como si hubiese sido original, tampoco es atinente pensar como ilegítimo aquello que se produce y gestiona alrededor. La recuperación del sentido y sus nuevas claves de realidad y pensamiento se parecen más a un paisaje surcado por diferencias, baches, grietas y de vez en cuando amables planicies. En esos lugares, con el tiempo cada vez menos fragmentados, nos asentamos y debemos entendernos con nuestros proyectos, nuestros lenguajes y la forma que queremos de país.
La obra de Norton Maza, Avalancha del caos (2006) en la portada de este número, resulta ilustrativa para esta breve reflexión.
Referencia bibliográfica
Richard, Nelly (1987). Arte en Chile desde 1973. Escena de avanzada y sociedad. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), #46, Santiago de Chile.