III Encuesta Nacional de Participación y Consumo Cultural 2012. Una mirada metodológica – Ada Guzmán Riquelme

Desde el año 2004 el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes ha llevado a cabo dos encuestas nacionales de participación y consumo cultural, las que se han replicado cada tres años (2004-2005[1]El trabajo se desarrolló en dos fases: la primera el año 2004, año en que la encuesta se aplicó en la Región Metropolitana. La segunda el 2005, período en que el proceso se extiende a las otras … Continue reading y 2009[2]El levantamiento de información comenzó en diciembre de 2008 y finalizó en marzo de 2009.) y han servido efectivamente como un insumo de información actualizada para el diagnóstico del consumo cultural a nivel nacional. La información que se ha obtenido a partir de los estudios realizados no solo ha sido utilizada por las instituciones públicas preocupadas de las materias culturales, sino que además ha sido utilizada por investigaciones académicas, organismos privados y medios de comunicación masivos, entre otros.

El proceso de construcción del instrumento 2012 implicó la revisión de los cuestionarios aplicados en las versiones anteriores y la evaluación de otras encuestas que proveyeran de información respecto de nuevas variables que influyen en el consumo cultural, que no hubiesen sido consideradas en las encuestas anteriores por el Consejo de la Cultura. Dicha revisión determinó la incorporación de nuevas preguntas y nuevos módulos, eliminando aquellas que no se ajustaban a los objetivos de la encuesta 2012.

La técnica consistió en ir desagregando los conceptos principales en variables, dimensiones e indicadores. De manera particular, para la elaboración de la Tercera encuesta nacional de participación y consumo cultural 2012 se realizó un trabajo exhaustivo de replanteamiento y estandarización de cada una de las preguntas contenidas en los instrumentos pasados, con el fin de diseñar uno que permitiese observar el consumo cultural con sus demandas y orientaciones actuales, incorporando nuevos módulos que permitieron profundizar en temáticas emergentes abordadas en encuestas de otros países. Además se reformularon preguntas que permitieron dar cuenta de temas que involucran el consumo cultural, social y económico y se eliminaron aquellas que históricamente resultaban ser no discriminantes. Finalmente, se mantuvieron las preguntas que permitían dar cuenta de tendencias significativas del consumo cultural a lo largo de los años.

La construcción del cuestionario significó una exhaustiva revisión de los instrumentos[3]Se utiliza la noción de instrumento y no de encuesta pues se hace referencia a la revisión de los instrumentos 2004/2005 y 2009 y no al levantamiento de las encuestas. En este sentido, un … Continue reading anteriores, y un largo proceso de trabajo que permitió definir de la manera más adecuada y precisa posible cada una de las categorías consultadas. Por tanto, estamos ante la presencia de un instrumento nuevo, ejecutado desde un proceso metodológico distinto y que por primera vez genera información estadísticamente válida en las 15 regiones del país, demostrando su diversidad y particularidad en el acceso a bienes y servicios culturales.[4]El tamaño de la muestra es de 8.200 casos con un margen de error muestral de 1,8% a nivel nacional, de un 4,38% para cada una de las 12 regiones con menor población, de un 4% para las regiones V y … Continue reading A la vez, se conservó un número de preguntas, lo que nos permite hacer estudios de trayectorias y comparaciones a nivel agregado (nacional),[5]Considerando algunos alcances metodológicos referidos al diseño muestral, variación de las preguntas del instrumento, extensión del cuestionario y fecha de aplicación de la encuesta. usando el instrumento anteriormente aplicado.

La operacionalización de las variables a ser medidas en la Tercera Encuesta nacional de participación y consumo cultural 2012 implicó la identificación inicial de un conjunto de módulos temáticos,[6]La definición de los módulos se ajustó a los dominios culturales definidos en el marco estadístico de cultura. dentro de los cuales se determinaron variables y luego dimensiones analíticas que sirvieron para la identificación de indicadores específicos. Para cada uno de estos se construyó una pregunta de carácter cerrado. La determinación de los módulos temáticos responde a la necesidad de investigar el consumo cultural desde el punto de vista del acceso y la participación asumidas como actividades y prácticas culturales, permitiendo establecer que todo uso y acceso desencadena en sí mismo una práctica cultural. En concreto, en la aplicación de la Tercera Encuesta Nacional de Participación y Consumo Cultural 2012 se investigó el consumo cultural en términos de: acceso a espectáculos de artes visuales, artes escénicas,[7]Teatro, danza y circo. artes musicales,[8]Concierto y escuchar música. artes literarias,[9]Lectura de libros y bibliotecas. artesanía, medios audiovisuales,[10]Cine, consumo privado películas de video, acceso a Internet y soportes tecnológicos, video juegos. patrimonio,[11]Museo, sitio natural y patrimonio inmaterial. equipamiento cultural,[12]Bienes artísticos y patrimoniales, DVD, CD, libros. formación artística y cultural.[13]Actividad artística cultural y clases o talleres de formación artística.

De este modo, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, por medio de la Sección de Estadísticas Culturales del Departamento de Estudios, fortaleció el instrumento de medición relacionado con el acceso y la participación de los ciudadanos y ciudadanas en las actividades culturales, mejorándolo y realizando comparaciones que permitieron observar con rigor la evolución de los distintos temas, para complementarlos con estudios más especializados. Esto nos permitió percibir los vacíos, así como también los logros alcanzados para avanzar con miras a la estandarización y comparabilidad de los procesos culturales que mide.

El propósito de este tipo de estudios es que el Consejo cuente con información que permita diseñar e implementar políticas públicas culturales y reorientar o cambiar los programas sexenales.

El objetivo es que los resultados no sean simples números absolutos, sino que se alimenten de indagaciones en torno a las implicaciones causales de los números, es decir, combinar técnicas cuantitativas y cualitativas que permitan conocer los fenómenos culturales desde una perspectiva más integral, incorporando el trabajo multi e interdisciplinario para el correcto enfoque y desarrollo de estudios de consumo cultural.

La idea es que este tipo de estudios se realicen siguiendo una estructura que esté diseñada para recibirlos y transformarlos en función de los segmentos poblacionales identificados como focos prioritarios de la política cultural sexenal, lo cual facilitaría el que los datos respondieran a las políticas de difusión y fomento de la cultura nacional, ofreciendo las condiciones para que un mayor número de chilenos y chilenas accedan a los bienes y servicios culturales y, de paso, lograr el acceso a cada uno de los programas, planes y proyectos que se implementan a nivel regional. Por ejemplo, según los datos de la última encuesta de consumo por grupo socioeconómico, mientras siete de cada diez personas del nivel alto leyeron libros, en el otro extremo solo tres de cada diez lo hizo[14]. Por lo tanto, sigue siendo de interés nacional proveer un mayor acceso a bienes culturales a los sectores menos favorecidos.

En síntesis, la importancia que tiene este tipo de estudios en el tejido social actual, donde los cambios en los distintos ámbitos de la vida se van dando de una forma acelerada, es alta, en especial, si se busca que las políticas culturales jueguen su papel en la dirección y sentido de tales cambios. Sin embargo, si no contamos con la información suficiente y si esta no es divulgada y compartida, los ciudadanos y ciudadanas más desamparados y desamparadas serán directamente afectados de una manera negativa. En cambio, los grupos privilegiados económicamente que acceden a la información y al conocimiento sobre consumo cultural resultarán beneficiados.

References
1 El trabajo se desarrolló en dos fases: la primera el año 2004, año en que la encuesta se aplicó en la Región Metropolitana. La segunda el 2005, período en que el proceso se extiende a las otras 12 regiones del país, fase en la que se perfeccionó el instrumento y se realizaron ajustes en el plano operativo.
2 El levantamiento de información comenzó en diciembre de 2008 y finalizó en marzo de 2009.
3 Se utiliza la noción de instrumento y no de encuesta pues se hace referencia a la revisión de los instrumentos 2004/2005 y 2009 y no al levantamiento de las encuestas. En este sentido, un instrumento es un cuestionario, formado por un conjunto de preguntas redactadas de forma coherente, clara, organizada y estructurada de acuerdo a una determinada planificación, con la finalidad  que sus respuestas ofrezcan toda la información que se precisa.  La encuesta se refiere a un estudio observacional, cuya finalidad es recopilar datos por medio de un instrumento o cuestionario diseñado, principalmente, con preguntas cerradas.
4 El tamaño de la muestra es de 8.200 casos con un margen de error muestral de 1,8% a nivel nacional, de un 4,38% para cada una de las 12 regiones con menor población, de un 4% para las regiones V y VIII y de un 3,09% para la Región Metropolitana.
5 Considerando algunos alcances metodológicos referidos al diseño muestral, variación de las preguntas del instrumento, extensión del cuestionario y fecha de aplicación de la encuesta.
6 La definición de los módulos se ajustó a los dominios culturales definidos en el marco estadístico de cultura.
7 Teatro, danza y circo.
8 Concierto y escuchar música.
9 Lectura de libros y bibliotecas.
10 Cine, consumo privado películas de video, acceso a Internet y soportes tecnológicos, video juegos.
11 Museo, sitio natural y patrimonio inmaterial.
12 Bienes artísticos y patrimoniales, DVD, CD, libros.
13 Actividad artística cultural y clases o talleres de formación artística.