La historia del circo en Chile tiene más de 100 años. A la trayectoria iniciada hacia fines de 1840 con lo que hoy se conoce como circo tradicional, se suma en las últimas décadas el circo contemporáneo que arriba a Chile a mediados de los años 90. Hoy, ambas expresiones coexisten. El primero, con una mayor trayectoria artística y familiar, funciona con empresas familiares en circuitos definidos presentando espectáculos, formas y contenidos que tradicionalmente se han asociado a las artes circenses; el segundo, hace dialogar la técnica tradicional del circo con elementos artísticos provenientes de la danza, el teatro, la música y la visualidad, siendo uno de sus aspectos distintivos la práctica en el espacio público. El estudio de “Diagnóstico del campo del arte circense chileno” se ubica en este contexto, enmarcándose en la perspectiva del Consejo de la Cultura cuyo objetivo es reconocer, desde la institucionalidad cultural, ambas expresiones del arte circense, aportando a su desarrollo en el contexto de sus diferencias. En esta línea, la investigación reseñada constituye un importante trabajo que, teniendo en cuenta las expresiones tradicional y contemporánea del circo en Chile, caracteriza a sus actores, circuitos, principales problemáticas, además de proponer recomendaciones para la gestión de políticas públicas.
El objetivo del estudio fue elaborar un diagnóstico del campo circense en Chile, contextualizándolo históricamente, caracterizando y clasificando a los agentes del campo y sus relaciones entre ellos para finalmente identificar los principales problemas de estos a partir de su propio discurso. La escasa producción de estudios en Chile en torno al campo de las artes circenses solo constata la relevancia de este estudio, elaborando un panorama general del circo en el país que, desde las ciencias sociales, define sus características sociodemográficas, territoriales y educacionales a partir de indicadores cuantitativos, vinculando dicha información con la percepción que los actores tienen de su propia actividad y del circo chileno en general. La investigación se llevó a cabo a partir de una estrategia metodológica que combinó técnicas cuantitativas y cualitativas. Por una parte, se elaboró un cuestionario para artistas circenses, cuyos datos permitieron una caracterización sociodemográfica, territorial y educacional de los actores del circo tradicional y circo contemporáneo. Por otra parte, se realizaron entrevistas en profundidad a actores relevantes de ambas expresiones del circo en Chile. El análisis de la información permitió obtener una aproximación, desde el propio discurso de los sujetos, sobre aspectos que definen el campo circense y el tipo de circo que realizan, considerando elementos tales como historia, asociatividad, definiciones disciplinarias, criterios de pertenencia al circo, redes (con otros agentes del campo, con otros agentes, con el Estado), división del trabajo artístico, circuitos y principales problemáticas. A partir de los resultados del análisis cuantitativo y cualitativo, se plantean las principales problemáticas del circo tradicional y circo contemporáneo, definiendo indicadores de línea base y recomendaciones para el diseño de políticas públicas, de acuerdo al problema detectado.
Respecto a las principales problemáticas del circo tradicional, se detectó la carencia de espacios para la instalación adecuada de infraestructura circense, que puede tener que ver tanto con la percepción social sobre la contribución sociocultural del circo y temas de protocolo entre municipios sobre el uso y cobro de espacios; la escasez de artistas debido a las condiciones económicas precarias que implica un éxodo permanente de estos, evidenciando la necesidad de producir condiciones de desarrollo artístico más atractivas, fomentar la asociatividad entre circos y la relación con el circo contemporáneo para suplir su carencia de artistas; finalmente, se evidencia una escasa vinculación con la institucionalidad cultural mostrando su reticencia a participar en concursos públicos.
Se hace necesaria, en consecuencia, la divulgación de programas y proyectos estatales relevantes para el circo tradicional, además de socializar y capacitar a los agentes en la formulación, gestión y evaluación de proyectos.
Por su parte, el circo contemporáneo presenta otras problemáticas. La primera de ellas se relaciona con la ausencia de una política de recursos sistemática y continua del Estado que fomente su desarrollo, evidenciando la necesidad de divulgar programas, proyectos y sistemas de seguimiento de estos. Se agrega la inexistencia de institucionalidad y mecanismos de regulación del proceso de formación y acreditación de los artistas circenses, ante lo que se propone fortalecer institucionalmente escuelas de circo, elaborar criterios y mecanismos de regulación de actividades e incentivar a instituciones de educación superior a conformar carreras y especializaciones vinculadas a las artes circenses. Finalmente, se destaca la dificultad en la gestión de actividades artísticas en su difusión y producción de eventos, ante lo que se propone capacitar a agentes del circo en gestión y producción y potenciar la producción de audiencias.
El estudio reseñado da cuenta de un campo aún inexplorado en Chile, plasmándose como una aproximación inicial sobre el circo, sus dinámicas y problemáticas. Las perspectivas indagadas –la del circo tradicional y del contemporáneo– sitúan a los actores desde puntos de vista diferenciados, lo que viene a constatar, desde su propia discursividad, la diversificación que ha experimentado el campo circense en nuestro país y la necesidad de comprenderlos en su propia especificidad. Las problemáticas detectadas servirán tanto para la elaboración de nuevos estudios como para el diseño de políticas públicas para cada uno de estos sectores del campo circense. Sin embargo, es tal vez este discurso diferenciado lo que constituye uno de los mayores hallazgos del estudio que corre el riesgo de quedar invisibilizado tras los resultados evidentes y sus consecuencias inmediatas.
La investigación se acerca a lo anterior cuando problematiza el vínculo necesario entre institucionalidad estatal y los actores del campo al momento del diseño de políticas públicas. Siguiendo este interés, se entregan interesantes conclusiones respecto a cómo los actores del campo circense se enfrentan a la institucionalidad estatal, evidenciando aspectos en torno al modo en que dicha relación pudiera potenciarse. Por un lado, los agentes del circo tradicional plantearían una relación de suficiencia para gestionar su actividad circense, es decir, prescinden de aporte externos y en particular del Estado, remitiendo solo a la necesidad de contar con condiciones básicas reguladas para desplegar su trabajo. Ante esto, sería necesario diseñar una estrategia específica que contribuya a socializar y sensibilizar sobre el aporte que el Estado puede hacer en esta materia, y la relevancia de la participación activa y protagónica del circo tradicional. Por otro lado, los agentes del circo contemporáneo tienen una mayor disposición a vincularse con el Estado; si bien defienden la autogestión, tienen claridad en los roles de apoyo que se esperan de la institucionalidad estatal, constatando la ausencia de esta en el apoyo a su labor y la necesidad de fortalecimiento de vínculos. De tal modo, la relación con el Estado aparece como una oportunidad ante la cual el diseño de políticas requeriría fortalecer el trabajo conjunto entre actores involucrados.
Lo anterior, sin embargo, es aún incipiente. Hacerse cargo de la necesidad del Consejo de la Cultura de definir estrategias diferenciadas en torno a cómo enfrentar los desafíos del campo circense en Chile requiere, necesariamente, profundizar en la perspectiva que dichos actores tienen del circo y de su propia actividad. Se trata, finalmente, de explorar sus visiones de mundo, el modo en que los sujetos significan su actividad, se comprenden y se sitúan en el campo.