La cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores y las creencias. La cultura da al hombre la capacidad de reflexión sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. Por ella es como discernimos los valores y realizamos nuestras opciones. Por ella es como el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevos significados y crea obras que lo trascienden.
(Unesco, 1998)
Cada cinco años, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes debe por ley renovar la política cultural que sienta las directrices de lo que será la gestión durante ese período, acción que emana de la ley 19.891 que crea el Consejo de la Cultura y que regula también el Consejo Regional de la Cultura y las Artes (CRCA). En esta tarea de largo aliento, que parte por la evaluación de la política cultural regional 2005-2010, trabajaron los Departamentos de Ciudadanía y Cultura, Fomento de las Artes e Industrias Creativas, Comunicación y Planificación de los CRCA, más los Consejeros Regionales (representantes de la sociedad civil organizada), los integrantes de los Comités Consultivos, gestores culturales, artistas, creadores, (además de grupos focales), entre tantas otras personas que quisieron aportar con sus opiniones, miradas y análisis, cuyos datos obtenidos, una vez sistematizados, hicieron posible la concreción de la actual política que además consideró los lineamientos que rigen la Política Cultural Nacional 2011-2016. Así nace la Política Regional de Cultura 2011-2016 de la Región del Libertador General Bernardo O’Higgins.
La Región del Libertador General Bernardo O’Higgins está ubicada en la zona central de Chile, su capital es Rancagua y cuenta con tres provincias: Cachapoal, Colchagua y Cardenal Caro, dando origen a 33 comunas que suman un total de 872.510 habitantes (Censo INE 2012). Su economía se sustenta en la vertiente minera, la actividad silvoagropecuaria y los servicios. La actividad agrícola ha sido fundamental en la construcción de la idiosincrasia regional permitiendo a sus habitantes reconocerse como una zona campesina por excelencia enriquecida en determinados territorios con la cultura minera, la cultura urbana y la cultura marginal, lo que genera identidades locales en los grupos que la conforman. Sin embargo, no se debe olvidar como antecedente la existencia de los primeros habitantes originarios de la región, quienes habrían vivido alrededor de los años 9560-9190 A.P. y que cimentaron las bases de lo que sus habitantes son en la actualidad.
La actual política regional –que aunque aún no ha sido entregada oficialmente a la comunidad, es de conocimiento de la autoridad nacional y regional– tiene una estructura que comprende objetivos, propósitos y estrategias, donde los objetivos son las orientaciones, el fin que se quiere lograr; y representan el desafío que guiará los propósitos y las estrategias para modificar los problemas identificados en la realidad cultural de la región. Los propósitos dicen relación con el resultado esperado para cumplir con las estrategias que guían la política; y las estrategias son los caminos a seguir para la concreción de los propósitos. Esta política regional está estrechamente relacionada con la política nacional, dado que comparten una visión en la que se anhela un país-región con habitantes sensibles respecto de sus raíces, su historia, que les permita reconocerse y respetarse tanto en el patrimonio material como inmaterial; un país-región que percibe sus singularidades y desarrolla una visión pluralista e incluyente. Se compromete a promocionar el arte y la cultura, apoyando a creadores, artistas, gestores e instituciones; fortaleciendo los mecanismos de participación social en su vida cultural; se invita a reconocer y valorar cada uno de los elementos que confieren identidad y permiten ser una región única y singular en el contexto país, abierta a los desafíos de la globalización sin perder sus tradiciones.
Así también, la política regional adhiere a los 16 valores y principios de la política cultural nacional 2011-2016, donde entre otros destacan, la libertad de creación y de expresión con dignidad y en condiciones de equidad, igualdad de oportunidades para disfrutar y participar en la vida artística y cultural; la defensa de los derechos humanos y el respeto por las minorías; la participación real de la ciudadanía en la toma de decisiones con mecanismos amplios de consulta, entre otros.
La política regional de cultura tiene 3 ámbitos de trabajo que incluyen promoción de las artes, participación ciudadana en la cultura y las artes y patrimonio cultural; 7 propósitos y 28 estrategias. De la lectura realizada, se aprecia el largo alcance de las estrategias que van desde programas de valoración, difusión de iniciativas de emprendimiento, realización de actividades que aseguren el acceso a una oferta cultural de las personas que habitan la región; realización de catastro, registro y difusión del patrimonio inmaterial y material en la región, por nombrar algunos.
Sin embargo, concretar la ejecución de cada una de las estrategias para dar cumplimiento a los objetivos, se constituye en todo un desafío conociendo la realidad de la región. Si bien el CRCA ha dado grandes pasos para llegar a cada una de las comunas de la región y a sus rincones, entre ellos, dividir la región en 7 microzonas con la finalidad de tener una inserción efectiva en el espacio geográfico de la región, lo que se ha constituido en un modelo para ser replicado en otras regiones del país y elaborar un plan de gestión 2012 ajustado a lo que mandata la nueva política, surgen algunas inquietudes que se relacionan con cómo lograr la participación ciudadana en el ámbito cultural considerando la creación, oferta cultural disponible y participación en procesos de gestión de iniciativas culturales, si se tiene presente que el acceso a bienes y servicios artísticos es reducido en comparación con otras regiones.
Cómo ampliar la infraestructura cultural disponible para difusión de bienes y servicios culturales si esta es limitada en la región. Así también, mucho se debe hacer en el ámbito del patrimonio cultural de la región considerando aspectos como pueblos originarios, costumbres, tradiciones típicas de la región y tesoros humanos vivos; sitios patrimoniales existentes; rutas patrimoniales y culturales y atractivos culturales turísticos de la región.
Para concretar cada una de las estrategias contempladas en la nueva política regional de cultura, el CRCA se enfrenta a algunos desafíos que incluyen:
- Contar con recursos financieros, humanos y físicos suficientes para fortalecer el equipo de funcionarios a través de la contratación de profesionales que puedan potenciar la gestión y la presencia real del CRCA en cada comuna. Al mismo tiempo, al tener mayor presupuesto, podría ser más equitativa la inversión realizada por el CRCA en las comunas de la región.
- Descentralizar el Consejo Regional a través de la creación de consejos provinciales, lo que permitirá mayor gestión y redundaría en un posicionamiento efectivo del CRCA en las provincias y comunas.
- Lograr un trabajo de coordinación efectivo con los municipios de todas las comunas de la región que permita fortalecer la institucionalidad cultural y su quehacer. Esta no es una tarea fácil dado que la decisión de trabajar con el CRCA es de los municipios y sus alcaldes, por lo que si ello no resulta con todos, entonces se debe potenciar el trabajo con aquellos que ven al Consejo como un aliado que les permite complementar y fortalecer su programa de gestión cultural comunal.
- Posicionar efectivamente el CRCA en el inconsciente colectivo de la comunidad regional, que no solo se le identifique como una fuente de recursos para los artistas y creadores, sino como una institución que coordina, genera, acoge el quehacer cultural desde su más mínima expresión y en el que todos están invitados a ser protagonistas.
- Lograr la difusión efectiva a través de los medios de comunicación masiva y plataformas virtuales que deben ser actualizadas permanentemente.
- Realizar un catastro oficial actualizado de artistas y artesanos para conocimiento y reconocimiento de la comunidad toda, que les permita, además, desarrollar/ potenciar mejor sus oficios.
- Fortalecer el rescate y la difusión de artesanías tradicionales.
- Promover el desarrollo de carreras de educación superior ligadas al ámbito artístico-cultural en sintonía con las necesidades de la región.
- Promover en las instancias correspondientes el desarrollo de las industrias culturales, dado que existen escasas iniciativas.
- Promover el mejoramiento de la infraestructura disponible, que actualmente es limitada.
- Fomentar redes de trabajo con agrupaciones de culturas originarias existentes en la región.
- Incrementar la dotación de recursos para la reconstrucción, restauración y mejoramiento de la infraestructura patrimonial dañada con el terremoto de 2010 a través del trabajo conjunto entre entes públicos y privados y promoviendo la incorporación de la comunidad para incentivar la apropiación del patrimonio cultural y potenciar el turismo patrimonial como polo de desarrollo de la región.
- Evaluar permanentemente cada uno de los objetivos, propósitos y estrategias de la política tanto nacional como regional a través de indicadores de gestión, lo que dará luces de los avances y desafíos que quedan por enfrentar.
Es cierto que son muchos los desafíos que hay por delante; sin embargo, es tarea de todos y cada uno de nosotros trabajar porque la cultura llegue a la mayor cantidad de personas, en donde cada uno sea protagonista y se sienta parte de los avances que se tenga en este ámbito. Tal como José Saramago lo señaló y se cita en la Política Regional 2011-2016 de la Región del Libertador General Bernardo O’Higgins: “Para que la cultura sea democrática no es suficiente que esté al alcance de todos, lo que es imprescindible es que sea una cultura levantada con la intervención de todos y todas” (p.22).
Referencias bibliográficas
Consejo Regional de la Cultura y Las Artes (2010): Análisis cuantitativo de actividades realizadas en los distintos lenguajes, período 2007-2010. No publicado. 1 h.
Consejo Regional de la Cultura y las Artes (2010): O’Higgins quiere más cultura: Definiciones de política cultural Región de O’Higgins 2005-2010. 22 p.
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2012): Plan de Trabajo 2012. No publicado. 7 h.
Consejo Regional de la Cultura y las Artes (2011): Política Regional 2011-2016 de la Región del Libertador General Bernardo O’Higgins Riquelme. 47 p.
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2011): Política Cultural 2011-2016. Santiago, 67 p.
Lucía Abello Abello.[1]Bibliotecóloga, Consejera Consejo Regional de la Cultura y las Artes (CRCA), Región de O’Higgins.
↑1 | Bibliotecóloga, Consejera Consejo Regional de la Cultura y las Artes (CRCA), Región de O’Higgins. |
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