A partir de las últimas dos décadas hemos sido testigos de un renovado interés dentro de las políticas públicas por el desarrollo cultural de las sociedades, el que se ha manifestado en sostenidas transformaciones de las instituciones estatales dedicadas a la promoción del campo cultural en el mundo y, especialmente, en nuestra región. En efecto, si bien la cultura ha sido objeto de políticas públicas de manera permanente durante la vida republicana de los países de América Latina –a través de la importante labor histórica desempeñada por universidades, ministerios de educación, bibliotecas, museos y otras instituciones afines–, no es sino hasta mediados del siglo XX que comienzan a desarrollarse iniciativas estatales específicamente diseñadas para promover el desarrollo de la cultura y las artes en nuestros países. Dichas iniciativas dan origen a un permanente proceso de institucionalización de la cultura y las artes en los Estados sudamericanos, el que en las últimas décadas se ha profundizado y ha permitido tematizar la presencia de la cultura en el discurso público, tensionando sus relaciones con otros ámbitos tales como la economía, la política, la identidad nacional, entre otros.
Uno de los elementos esenciales para el desarrollo de políticas públicas es la producción y análisis de información relevante tanto para el diagnóstico de los escenarios particulares del desarrollo del campo cultural de nuestros países, así como para establecer los alcances de las iniciativas emprendidas en la materia por la institucionalidad cultural pública. Con el fin de contribuir al fortalecimiento de las políticas públicas y su anclaje institucional, en 2006 nace el Sistema de Información Cultural del MERCOSUR Cultural, el que articula diversos procesos de levantamiento y análisis de información de sus países miembros, facilitando el intercambio de metodologías y contribuyendo a la validez de los procesos de construcción de datos.
Es en el marco de la participación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en SICSUR, y reconociendo la importancia del desarrollo de la institucionalidad pública en el diseño y ejecución de políticas culturales, es que la Sección de Observatorio Cultural del Departamento de Estudios del Consejo de la Cultura, emprende la tarea de elaborar un estudio que permita comprender los procesos históricos y las principales orientaciones que han dado forma a las instituciones públicas dedicadas al fomento de las artes y la cultura en los países miembros de la organización regional. El estudio se encuentra dividido en dos partes: una primera sección que desarrolla una discusión conceptual sobre algunos conceptos centrales para la comprensión y análisis de las políticas públicas en cultura; y una segunda parte que sintetiza algunos elementos transversales y los principales hitos de la institucionalización de las políticas culturales en la región. La elaboración del estudio contó con la activa participación, además del equipo de Chile, de los organismos públicos en cultura de los países de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Entre los principales hallazgos del estudio se encuentra el reconocimiento de la importancia del intercambio de información con una perspectiva regional, pues estos procesos permiten explorar las especificidades y elementos comunes de nuestras instituciones, estimulando mecanismos de colaboración entre nuestros países que facilitan la transmisión de experiencias y aprendizajes. Tal intercambio contribuiría a un mejor desempeño de nuestras instituciones públicas culturales y a una profundización de los procesos de democratización de nuestras sociedades.
Otro aspecto relevante dentro del estudio es la identificación de un progresivo fortalecimiento histórico de la institucionalidad cultural estatal, el que se expresa en una permanente reformulación organizativa en sus áreas de trabajo así como en sus organigramas. Del mismo modo, se observa una marcada tendencia a entregar mayores atribuciones a las instituciones públicas, tanto en términos administrativos (manifestada en la creación de ministerios de cultura) así como en lo relativo a las temáticas que aborda como objetos de política cultural. Efectivamente, el estudio explora las diversas dimensiones que han sido incorporadas a la definición del quehacer público en el ámbito de la cultura y las artes. Nuevos conceptos tales como el de industrias creativas, integración social, fortalecimiento de la ciudadanía y cooperación internacional han hallado crecientemente un lugar destacado en la discusión pública.
Finalmente, el estudio ahonda en la articulación de la labor del Estado con los diversos agentes del campo cultural a la hora de diseñar e implementar políticas públicas. En primera instancia, la participación de la sociedad civil ha demostrado ser un importante factor en el proceso de diseño de políticas e iniciativas programáticas, y que en materia cultural ha sido además un elemento catalizador que contribuye al fortalecimiento de las instituciones públicas. Dicho de otro modo, es gracias a la acción de la sociedad civil y su presión pública que se han generado importantes transformaciones en los organismos estatales encargados de lo cultural, lo que ha derivado en una mayor articulación y representatividad de los intereses de diversos agentes en la política cultural de los países de la región. Por otra parte, una de las áreas que se ha visto desarrollada en los últimos años es la colaboración entre el Estado y los privados. En efecto, sin necesariamente perder su reconocido protagonismo, el Estado ha promovido y facilitado la participación de privados en diferentes eslabones de la producción, distribución o difusión cultural.
Este estudio sobre la institucionalidad cultural pública de los países del SICSUR constituye un importante aporte para la comprensión del desarrollo cultural de los países de América del Sur, al entregar una mirada histórica transversal respecto de la institucionalización de las políticas culturales y sus principales ámbitos de acción.