Definir los parámetros de «lo cultural» ha sido el gran desafío para la construcción de indicadores que permitan medir de manera multidimensional el impacto de la Cultura en el Desarrollo; es por ello, que, ante una compleja labor en constante evaluación y reconstrucción, se ha adoptado la definición de Unesco:
La cultura debe ser considerada el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social, y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias (Unesco, 2009, p. 9).
Considerando que esta definición es eminentemente operativa, se encuentra siempre abierta a nuevos aportes y precisiones por parte de los distintos actores del ámbito artístico-cultural.