Sonia Marambio – Sociología, Universidad La República
Las transformaciones emprendidas en nuestro país en la década de los noventa, en el marco de una política de modernización de las instituciones del Estado, incorpora la denominada “Gran Reforma de Justicia Chilena”, que entre muchos objetivos, establece la necesidad de “generar una nueva Política Penitenciaria, con posibilidades ciertas de rehabilitación y reinserción social”.1 Se determinó así, mejorar las condiciones de vida de la población reclusa, fomentando instancias que permitan consolidar estos objetivos. Como parte de este compromiso social, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Justicia decretaron en noviembre de 1997, un convenio de colaboración mutua que favorece la integración de quienes cumplen penas de reclusión, garantizando su acceso a la cultura.
Posteriormente, se implementa en todas las unidades penales del país, el programa “Cultura y Arte Penitenciario”, que otorga a los reclusos la posibilidad de desarrollar a través de actividades artísticas, habilidades y capacidades que puedan contribuir al proceso de readaptación social. Actualmente, con la creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes el programa fue traspasado a esta entidad.
El presente informe es el resultado de la sistematización de un trabajo efectuado en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Colina I, a propuesta del Ministerio de Educación y patrocinado por el mismo, para investigar la experiencia de participación de los internos que asisten a un Taller de Literatura realizado en las dependencias de dicho recinto penal.