Las iglesias de Chiloé, construidas principalmente de madera, son un ejemplo excepcional de arquitectura religiosa en América Latina. Estos templos católicos reflejan la riqueza cultural de la tradición arquitectónica chilota, caracterizada por la mezcla de saberes y técnicas indígenas y europeas, la armónica relación con el entorno y la vigencia de su importancia espiritual para las comunidades.
A casi veinte años de la inscripción de dieciséis iglesias de Chiloé en la Lista del Patrimonio Mundial (Unesco, 2000), se hace necesario revisitar y analizar el carácter patrimonial de los templos presentes en el área cultural chilota, que incluye la Provincia de Chiloé y las comunas continentales de Calbuco, Carelmapu y Maullín. Lo anterior en sintonía con los importantes cambios que ha experimentado la noción de patrimonio cultural en las últimas décadas, entre los que se encuentran la aprobación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco en 2003, y la incorporación del concepto de paisaje cultural, reflejado en la publicación de la Recomendación sobre el Paisaje Urbano histórico en 2011 (Unesco).