Desarrollo económico y patrimonio cultural: claves para la comprensión interdisciplinaria de procesos locales y globales

Marianela Concha, Evelyn Brandt, Gonzalo Luna, Karim Fierro, Rebeca Olea

Coordinadora: Noelia Carrasco

Los actuales debates acerca de las vinculaciones entre cultura y desarrollo exigen una comprensión interdisciplinaria que debe necesariamente hacer dialogar a la economía, la globalización del capitalismo y las políticas que van haciendo de la cultura una categoría económica y social que circula más allá de esencialismos y localismos. En este escenario, la emergencia del patrimonio y lo patrimonial requerirá igualmente de una aproximación que permita abordar y comprender su sentido como categoría que reorganiza la realidad en torno a la historia, la cultura y los recursos patrimonializables.

Se propone para ello, revisar al patrimonio como una categoría histórica y cultural, que se instala para favorecer la redefinición de los recursos —materiales e inmateriales— desde las claves de la economía y la cultura en la cual adquieren valor. Es decir, promover la comprensión de los procesos socioculturales asociados al patrimonio, como procesos económicos y políticos en que se ponen en juego puntos de vista, se tensionan las visiones de lo propio y, sobre todo, se redefine el rol de poseer, administrar y gestionar aquello que se reconoce como patrimonial. La región del Biobío es el referente empírico a partir del cual se sustenta esta mirada, destaca su historia marcada por la pretensión desarrollista del Estado chileno
manifiesta a través de hechos tales como la condición de frontera colonial y la mal llamada “pacificación de la Araucanía”, y el impulso a la industrialización como eje para el progreso social. Las principales conclusiones de este análisis destacan la importancia de las miradas interdisciplinarias para superar las visiones superficiales y vacías de la realidad sociocultural que da vida y sentido al patrimonio, a través de una interdisciplinariedad por construir, que requiere importantes dosis de reflexividad por parte de los investigadores y sobre todo capacidad para articular conocimiento y vivencia desde metodologías integrales.